Torta Power estilo rock: Noche muy del bien en Zona Sur

Más Que Uno, Lucy Patané y Ñoqui se presentaron este sábado en El Barrio Cultural, Remedios de Escalada, para seguir comprobando que el agite no es porteño. 

El marco fue la segunda de las Noches del Bien, una serie de recitales organizada por Más Que Uno donde, según Larro Carballido (voz y guitarra): “la idea es tocar con bandas con las que deseamos tocar, que estén en una movida linda, y que la producción sea igualitaria”. En esta ocasión desembarcó en zona sur de la mano de estos tres proyectos liderados por lesbianas visibles, con un claro pronunciamiento feminista y antimacrista: Lulú Hojman, voz y guitarra de Ñoqui, quien apareció con su guitarra del color del aborto legal, seguro y gratuito y el pañuelo de la campaña en las clavijas; Lucy Patané, la eminencia de la guitarra, el bajo y la batería, quien en esta ocasión presentó en set solista su disco homónimo, producido íntegramente por ella de manera autogestiva; y la ya nombrada Larro Carballido, al frente de Más Que Uno, otra que es pura potencia lesbiana y que da todo en el escenario (y esta vez no iba a ser diferente). 

Comienza Ñoqui, formada por Lulú, Milo Barceló en bajo y Nahuel Perillo en batería. Les acompaña Tanri Rogatzky en la guitarra en los primeros temas.

Su primer EP, 730 días después, fue lanzado a las plataformas en mayo de este año. Para ir calentando motores para su presentación oficial, abrieron la segunda Noche del Bien, y compartieron estos temas y alguno de archivo. Lulú, quien empezó como corista de la banda y pasó al lugar de frontwoman demostró que no falta ni talento ni power en las filas LGBT+.

Luego fue el turno de Lucy, que se presentó con un pie en un cajón de cerveza y la guitarra en la rodilla, como el sueño lésbico perfecto. Hace un fuerte acto de presencia y nadie puede desentenderse de ello, aunque lo intente. Así comienza la segunda parte de la noche. Repasará algunos de sus temas de su reciente ópera prima, donde recorrerá ida y vuelta un espectro de matices: desde un cierto dejo dulce y calmo a lo repentinamente fuerte e intenso. Cambia de guitarra y afina sus doce cuerdas, y en un dejo de humildad pide disculpas por la demora «pero son doce», y sonríe pícara. A partir de este momento, no hay mucho más para decir: la rompe toda. Sonríe con los aplausos y la respuesta del público, luego de su despliegue vuelve el rictus a la normalidad y es como si nada hubiera pasado. Como si volarnos la cabeza fuera cosa de todos los días, algo que hace orgánicamente. Se nota cierta familiaridad con el ambiente, a pesar de que avisa que es la primera vez en este lugar. ¿Serán las horas de show que lleva encima; será la escena del conurbano que siente como propia? Chequea el celular y dice que no está mirando el whatsapp: que allí tiene la lista. Sube Larro a cantar con ella y ambas se emocionan. Es un momento hermoso. Cierra con En toneles y el pogo es convocado por este tema con todo el sentido del mundo.

Les tres Más Qué Uno se preparan en el escenario, Larro, Fitu Bocci en bajo y Bruno Valente en batería arrancan con Si me canso de callar, tema de su último material, el contundente EP “Arder”. Están contentes y conectades entre elles. Hoy Larro tiene un desafío particular, que nos dejará a todes boquiabiertes: sorprende el contraste entre la fuerza de su voz cuando canta y la disfonía que se revela cuando le habla al público. No desentona, no tose, no se nota si no fuera por el tecito con jengibre que desde el Centro Cultural “El Barrio” le traen con amor y complicidad, haciendo que todo parezca un encuentro íntimo. 

Presentan también algunos temas del disco anterior, Puentes (2015), y luego Más Que Uno dice basta a la figurita del rockstar lejano, del chongo rocker mítico e inaccesible. Les pibxs se bajan del escenario, y proponen compartir un momento desde la cercanía, fundirnos con ellas. Al principio cuesta un poco; quizás es la falta de costumbre de formar parte, de acercarnos y mirarnos a los ojos, de construir colectivamente. Pero nos permitimos este encuentro porque estamos en la misma: y entonces, el grito es colectivo, como diría una banda amiga. Así toma forma, entre y gracias a todes nosotres, “Arder”.

El medley de las reversiones de Hollaback Girl (Gwen Stefani), Paren de matarnos (Miss Bolivia) y Ni una menos (Chocolate Remix) es un claro ejemplo de esta etapa de Más Que Uno que nos encanta, con claros posicionamientos políticos y sin lugar para la tibieza. Y por si quedaba alguna duda, al terminar, completan el mensaje refiriéndose a la lucha de las mujeres, de las personas trans y no binaries.


Habitemos estos espacios” Invita Larro

Autora:
Guadalupe Romero


Agradecemos las fotografías a
Agos Rojas
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Nuria Tomasevich
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