Profunda preocupación por el nuevo Protocolo de Seguridad para la Diversidad Sexual

Desde las más de 100 organizaciones que integramos la Federación Argentina LGBT en todo el país, manifestamos nuestra profunda preocupación por el Protocolo Específico de Seguridad para la Diversidad Sexual que fue publicado hoy en el Boletín Oficial, en el cual se expresan las modalidades de actuación policial frente a las detenciones de personas de la diversidad sexual.

En primer lugar, y frente a un contexto de aumento de la violencia institucional y represión de la protesta social, nos preguntamos si el momento en el que se publica en el boletín oficial este protocolo no tiene que ver con la proximidad de la XXVI Marcha del Orgullo en Buenos Aires -con la consigna «Basta de femicidios a travestis, transexuales y transgéneros. Basta de violencia institucional. Orgullo para defender los derechos conquistados», y aquellas que se desarrollan en todo el país en el mes de noviembre.

Por otro lado, consideramos que si las fuerzas de seguridad efectivamente respetaran y cumplieran las leyes vigentes y los derechos humanos -en general-, y la Ley de Identidad de Género -en particular-, no tendría razón de existir este Protocolo. Lamentablemente, como las fuerzas de seguridad no respetan las leyes vigentes,  no consideramos que esté de más reforzarlas con un Protocolo Específico pero hubiera sido importante que el texto fuera elaborado y consensuado con las organizaciones de la diversidad sexual y referentes en el tema.

Si bien es positivo que el protocolo incluya la formación en diversidad como obligatoria para las fuerzas y para los ascensos dentro de ellas, y que éste no deje dudas respecto del respeto a la identidad de género en varias instancias donde suele no respetarse, la falta de articulación y consulta con las organizaciones y referentes se expresa claramente en el texto del protocolo que tiene graves problemas en conceptos de derechos humanos en general y, específicamente, en temas de diversidad sexual.

Un ejemplo de esto se encuentra en el Anexo I, en el punto Generalidad (párrafo 4): “Queda totalmente prohibido todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión”. Cabe preguntarnos en este punto si ¿estarían habilitadxs para generar dolores y sufrimientos leves o moderados? Y si es así, ¿cuáles serían estos a diferencia de los otros?

Otro ejemplo que remarcamos como discriminatorio es que las intervenciones relacionadas con las personas LGBT las tenga que hacer solamente personal femenino. Esto expresa un profundo desconocimiento de la población LGBT y de la diversidad sexual en general.  Es innecesario que una mujer haga una requisa a un hombre trans, bisexual o gay. Si bien podríamos empezar a cuestionar la necesidad de distinciones de género en estas cosas, en el contexto actual que necesariamente una mujer sea la que tenga que intervenir ante la presencia de un hombre trans, bisexual o gay puede ser violatorio de la identidad de género de estas personas.

Por último, sería interesante también que el protocolo utilizara términos como respeto y dignidad y no otros que han sido históricamente utilizados para reprimir la diversidad como «pudor». Es evidente que han querido hacer un protocolo sobre el respeto a la identidad de género que no solo tiene estos problemas sino que no incluye nada sobre el resto de la población LGB, constando denuncias de público conocimiento de la violación de los derechos de esta población por parte de las fuerzas de seguridad.

Cabe destacar que el Ministerio de Seguridad de la Nación ya tenía un protocolo en este sentido, elaborado junto a las organizaciones, respetuoso de los derechos humanos y de la diversidad, publicado en el año 2011, incluso antes de la ley de identidad de género. Ponemos a disposición de todas las personas, incluídxs lxs funcionarixs que quieran interiorizarse en este tema este protocolo -aún vigente- y también el específicamente elaborado por la FALGBT hace varios años incluyendo la ley de identidad de género en su contenido.

No queremos protocolos discriminatorios y/o que violen el reconocimiento de nuestras identidades, ni las leyes nacionales que hemos logrado como sociedad en todos estos años.